Obstinarse
Tocar una línea
Carolina Illanes - Valentina Soto
“Tocar una línea” supone pensar otra relación con las representaciones que han diagramado e imaginado la Plaza de Armas de Santiago desde su proyecto cívico, una que traduzca representaciones arquitectónicas e históricas hacia recursos y lenguajes corporeizados, los que consideran la mano como principal herramienta para conocer y transformar. La mano, en este sentido, permite desplazar la representación desde una dimensión abstracta, a la vez racional como imaginada, hacia la interacción con trazas, límites y arreglos desde traducciones tacto-espaciales que emplean la arcilla cruda y el papel como materiales que permiten proyectar más allá de lo establecido por el proyecto colonialista. La arcilla cruda posibilita, en este caso, realizar una traducción efímera de vistas aéreas de Santiago y el Espacio 218, dibujos que se van resquebrajando y emulando las transformaciones de este espacio a través del tiempo. El papel, material que contiene y despliega las representaciones revisadas, se presta también como un recurso frágil y formalizable que permite proyectar y erigir, a la vez que jugar y apropiarse.
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Las artistas.