Constelaciones
Cecilia Flores, Matías Fuentes, Paula Fuentes y Ximena Zomosa
Curar una muestra colectiva implica observar a cada artista para saber cómo tramar sentidos que no colisionen, sino que se encuentren e interroguen transversalmente en un diálogo coral que sume a les espectadores. Asuntos comunes motivan lecturas que pasan por materialidades o raíces insertas en memorias. Lo particular de cada trabajo se abre para apelar a lo público, para recordarnos que lo personal es político y que el arte también lo es.
Cecilia Flores tergiversa el imaginario doméstico para invitarnos a un festín visual, donde los objetos no son lo que parecen. A partir de una lista encontrada, la artista propone –desde la cerámica– interpretaciones de las piezas que la componen. Este oficio le permite jugar y esconder su naturaleza a través del esmalte como maquillaje, que suma colores y texturas. Por otro lado, sus tejidos remiten a una práctica ligada a las abuelas, son cenefas con historias otras que desencajan ese imaginario. Matías Fuentes utiliza la fotografía de una cocina a leña, las que se encuentran presentes principalmente en las casas del sur de Chile. El fuego y la acción de este sobre maderas recolectadas construye, desde los vestigios, una imagen que recuerda a una intimidad, a las dinámicas que se dan alrededor del fuego.
Ximena Zomosa, utiliza lo orgánico para referir al cuerpo, a una presencia urdida desde el pelo y los huiros. Ambos elementos se confunden en las imágenes que la artista produce. Su video transfiere movimiento y sonido a la instalación en la sala, donde los cabellos de su hija y los propios se funden en una cadena que remite a un vínculo filial, cómplice y afectivo. En un gesto dirigido en otra dirección, Paula Fuentes extrapola sus experiencias familiares para aludir a la ley 20032, que decreta el modo en que el Sename debe atender a la niñez y a la adolescencia bajo su cuidado. Mediante una instalación diversa, la artista nos recuerda que la infancia en Chile es vulnerada y que cientos de niñes y adolescentes no son oídos, no hay afectos, no hay compromiso, no obstante, sí hostilidad e injusticia: ¿qué hacemos frente a eso?
Las memorias y sus registros mínimos son explotadas por estas obras, que apelan a lo sensorial y se expanden como constelaciones, se mezclan y dialogan para generar un territorio en constante transformación, al que estamos todes invitades.
Seba Calfuqueo + Mariairis Flores
Portal Fernández Concha
Compañía de Jesús #960, Departamento 218
Santiago Centro | Chile